Bien, pues aquí está; esta primera entrada supone la primera pequeña piedra de un proyecto que tenía ya pensado desde hacía tiempo: Abrir un blog donde dejar constancia de mis idas y venidas mentales; de mis más y mis menos, mis verdades y mis mentiras...
Me resistía a lanzarme a la piscina. Creía y aún creo que no voy a tener la constancia suficiente para mantenerlo, que me será difícil sacarle unos minutos a la vida para dejar volar por separado mente y alma y que cualquiera de las dos muevan mis dedos sobre el teclado y escriban sus impresiones.
Pero ya me he lanzado. Ahora todo es cuestión de hundirme en las tranquilas turbulencias de los pensamientos, en el orden caótico de las palabras y en los fragmentos indivisibles de la realidad que va quedando atrás mientras la vivo.
A todos los que queráis leerme os invito a acompañarme en esta travesía, a comentar conmigo vuestros pensamientos, de los más profundos a los más superficiales; a decir lo que nunca diríais y a hablar de lo que todos hablan.
Y cuando estemos cansados de caminar nos sentaremos a la vera del camino a ver a la gente pasar y sin duda alguien se sentará a nuestro lado para, después, reemprender juntos el viaje.
De mi mente al teclado y de la pantalla a tu mente.
En la mente empieza y en la mente acaba.
Y entre mente y mente, se despide de todos este demente.
Gracias.