
Y al final sucedió...el tiempo escapa de entre las manos y tienes que decidir con tiento en qué cosas lo empleas y de qué cosas prescindir...y al final acabé prescindiendo de vosotros, los que me leéis. Acabé prescindiendo de esta pequeña ventana abierta desde vuestro mundo al mío y ahora me pregunto si realmente fue por falta de tiempo, o porque al final no sabía o no quería compartirlo.
Pero hoy, animado una vez más a continuar con una labor que quizá tan sólo me sirva a mi, retomo esto donde lo dejé, esperando que esta vez sí que pueda darle rienda suelta y aprovechar todo esto al máximo.
Hoy se puede decir que renace este pequeño lugar; que renace un sitio donde pueda encontrarme agusto, donde pueda dejar lo que me parezca cuando me parezca, sin esperar otra cosa que volver a leerlo dentro de un tiempo y maravillarme de mi forma de pensar...o quizá de lamentarme por no tener en la cabeza otra cosa que lo que dejé aquí.
Y ahora me planteo si esto es tan importante, si esto merece realmente la pena. Paso unos minutos dándole vueltas y al final acabo llegando a mi propia conclusión:
Las cosas no tienen importancia por si solas...las cosas no son más o menos influyentes en nuestra vida, sino que la vida es lo que les da a las cosas su importancia y es lo que influye en el desarrollo de todo lo que hacemos. O a veces, lo que únicamente intentamos hacer.
Dicen los sabios que "más vale tarde que nunca..." Bien, pues espero demostrar que realmente no ha existido ese "nunca" y que sólo llego aquí un poco tarde.
Tardanza que espero que sepáis perdonarme
1 comentario:
Perdonado quedas, pues el tiempo se nos escapa a todos entre los dedos por igual...
Publicar un comentario